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Breve historia del ecologismo en Chile

(En construcción. Se agradecen aportes).

Los inicios

 

En los años 50 surgen las primeras iniciativas conservacionistas de la naturaleza. Stutzin, junto a Rafael Elizalde y Juan Grau, pueden considerarse pioneros del movimiento ambientalista chileno.

En 1955 el abogado Godofredo Stutzin crea la Unión de Amigos de los Animales. De esta iniciativa nace en 1968 el Comité de Defensa de Flora y Fauna, Codeff, una de las instituciones más reconocidas en el campo ambiental chileno. Desde su etapa inicial de funcionamiento, en los años 60, Codeff se asocia a las redes de IUCN (Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza). Stutzin llegó a Chile como refugiado del nazismo, planteando una perspectiva que posteriormente se conocerá como ecocentrismo y/o biocentrismo, y definiendo la necesidad de dotar de personalidad jurídica a la naturaleza. 

Rafael Elizalde es el primero en Chile de definirse como profesional-conservacionista, venia regresando de un posgrado en Estados Unidos. Publica "La sobrevivencia de Chile" (1970) en el cual se analiza el proceso histórico de destrucción y deterioro de los recursos naturales del país y se proponen caminos para la recuperación, haciendo un llamado de conciencia para protegerlos y manejarlos.

El modelo desarrollista de sustitución de importaciones al que Chile adhirió desde los años 30, planteó la necesidad de protección de los recursos naturales no en su valor propio, sino como base de la riqueza y el progreso de la nación. Este motivó la creación de una serie de instituciones públicas destinadas al estudio, fomento y protección de los recursos. Por ejemplo, en los años 60 aparecieron el Instituto de Investigación de Recursos Naturales (IREN), el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), el Instituto Forestal (IFOR), el Centro de Investigaciones Mineras y Metalúrgicas (CIMM), entre otros.

En estos mismos años 60 se configuraron en la Universidad de Chile los primeros grupos dedicados a la investigación y docencia en el campo de la Ecología y del Medio Ambiente con actividades en el área de la Ecología Vegetal en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Chile a cargo de] profesor don Edmundo Pisano. En el Centro de Investigaciones Zoológicas comenzó también en esa época y tal vez aun antes, un cierto énfasis en la Ecología, a partir de la Zoología y en menor medida de la Botánica, bajo la orientación del Profesor Guillermo Mann. Hacia fines de la década del 50 se estableció en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile, un grupo de trabajo centrado en la Biología del suelo y en enfoques generales de Ecología y Medio Ambiente a un nivel regional en Chile, coordinado por el profesor Francesco di Castri.

En los años 70 el tema ecologista queda casi totalmente sumergido. Por un lado no ocupa un lugar en la agenda política, y no es por tanto parte del gobierno de la Unidad Popular, y muchos menos es parte del ideario neoliberal implantado tras el Golpe por la Dictadura.

Quizás la única excepción en los 70 tras el golpe militar, el Dr. Grau emprende campañas de defensa de especies y ecosistemas particulares, en cuanto patrimonio nacional chileno. No teñido de colores políticos, el discurso ambiental del Dr. Grau es admitido en los medios de comunicación a pesar de su crítica sobre la falta de preocupación que los intereses económicos mostraban ante el daño ambiental provocado por la actividad productiva.

Los años 80

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En 1979 emerge desde el campo académico el Centro de Investigación y Planificación del Medio Ambiente (CIPMA), como corporación privada orientada a armonizar el cuidado del medio ambiente y el desarrollo económico, bajo la dirección del profesor de la Universidad Católica, Guillermo Geisse. 

El equipo del CIPMA intentó introducir variables ambientales en las políticas públicas y proyectos empresariales en Chile, promoviendo la aplicación de estándares relativos a la evaluación del impacto ambiental del proceso de desarrollo. Desde 1983, el CIPMA realizó Encuentros Científicos del Medio Ambiente, posicionando el tema en el mundo académico nacional.

También a comienzos de los años 80 surgen iniciativas ambientalistas conectadas con el capitulo chileno de la Iniciativa Planetaria para el Mundo que Elegimos, red transnacional cuya declaración de principios promueve el activismo en torno al pacifismo, feminismo, el ambientalismo y el desarrollo espiritual o trascendente. De la Iniciativa Planetaria se consolida un espacio ambientalista: la Casa de la Paz que encabezan Ximena Abogabir y Sergio Vergara.

Muchos de quienes participaron en la Iniciativa Planetaria continúan con sus objetivos y principios en organizaciones diversas que comienzan a articular el mundo ambiental del país.

En cuanto a la difusión en medios de comunicación durante los años 80, la revista La Bicicleta incorpora temas ecologistas, así como de las otras temáticas afines a la Iniciativa Planetaria,  y a la temática que recién se empieza a perfilar como la propuesta de  un cambio de paradigma.

En otra vereda, actuó ocasionalmente con  intencionalidad ambientalista el periodista Luis Alberto Ganderats, director de la Revista del Domingo, de El Mercurio.

Es en la década de los 80 cuando surgen diversas ONGs  conectadas con contrapartes del primer mundo y con las agencias de cooperación internacional. Las ONGs vinculadas a los temas agrarios integraron con más facilidad los temas del desarrollo con la protección ambiental.

La cantera ecologista se fue engrosando en esa década con el regreso de exiliados políticos, principalmente académicos y también intelectuales vinculados a la ONU, la que por medio de sus agencias especializadas fortalecía el debate ambiental.

Por ejemplo, Manuel Baquedano, fundador del Instituto de Ecologia Politica en 1987, ex militante del Movimiento de Acción Popular (Mapu), recogió la experiencia de los Verdes alemanes como políticos alternativos a las tradicionales posturas de la izquierda marxista y socialdemócrata.

Igualmente, el Centro Canelo de Nos (1985) buscó educar sobre métodos de desarrollo agropecuario no contaminantes, y demandadores de poca energía.

El premio Nobel Alternativo 1983, Manfred Max- Neef, en los 80 fundó el Centro de Estudio y Promoción de Asuntos Urbanos (Cepaur), inspirado en las teorias económicas alternativas como las de E. F. Schumacher expresadas en su obra,  Lo pequeño es hermoso (1973) y que sirvió de inspiración a Max-Neef para elaborar la teoría del desarrollo a escala humana junto con Antonio Elizalde y Martín Hopenhayn.

También el ex presidente de la Federación de Estudiantes de Chile (FECH) durante la UP, Alejandro Rojas, quien en el exilio abandonó la militancia comunista, se doctoró en la Universidad de York, Canadá, en Estudios del Medio Ambiente, y pasó a desempeñarse en el ámbito de la agroecologia en la Universidad de British Columbia.

Bernardo Zentilli, ingeniero social y director de Codeff fue oficial regional para América Latina y el Caribe en la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y oficial regional forestal de la FAO para América Latina y el Caribe. También se ha desempeñado como director del proyecto FAO/PNUD regional de manejo de áreas silvestres y como oficial superior del PNUMA.

A mediados de la década de 1980, emergen los grupos ecopacifistas Futuro Verde, inspirados por la Comunidad para el Desarrollo Humano, ala cultural del Movimiento Humanista. Tras dos años, deciden en 1987 constituirse como partido político, tomando el nombre de "Los Verdes", primer partido ecologista en Latinoamérica. Sus líderes fueron Andrés Koryzma (quien asumió como su presidente), Ana L'Homme y Mario Aguilar. En paralelo, forman parte de la «Internacional Verde» creada en Río de Janeiro, Brasil.

En 1988, bajo el liderazgo de la dirigente ecologista Sara Larraín, se organizó la primera gran red ambientalista con el nombre de Red Nacional de Acción Ecológica o Renace, coincidiendo con el auge político de acción no violenta y ciudadana en torno al plebiscito del 5 de octubre de ese año.

Su acción cívica cruzó la acción ambiental con la antinuclear y entre las organizaciones fundadoras encontramos al Comité Chileno por el Desarme y la Desnuclearización liderado por Sara Larraín; y la Organización de las Mujeres por el Desarme, la Integración y el Desarrollo, liderado por Carmen del Río. 

Renace aparece como una primera gran asociación en red ecologista –siguiendo en parte el modo de funcionar de la Iniciativa Planetaria- destacando su carácter no-gubernamental, privilegiando una estructura no-jerárquica y descentralizada. Sus principales formas de acción son campañas en torno a conflictos específicos, incluyendo su seguimiento, sensibilización e información de la opinión pública a través de los medios de comunicación, así como presión ante los poderes del Estado.

En el caso de no recibir respuesta en el espacio público nacional, hacen uso de las llamadas "tácticas de boomerang" interactuando con las organizaciones ambiéntales de los países primermundistas y a través de ellas internacionalizando sus campañas, en particular cuando los conflictos involucran a empresas internacionales.

Tras las elecciones de 1989, el Partido Verde se fusiona con el Partido Humanista, creando la Alianza Humanista-Verde. Forman parte del gobierno de Aylwin, pero lo dejan en 1993.

Los años 90

 

En la década del 90 el tema ambiental logró su consolidación definitiva en la agenda mundial y en Chile. Una parte importante de los intelectuales y profesionales que se desempeñaban en las ONGs ingresó al aparato de gobierno, central y regional, mientras que otros se (re)integraron a la academia.

El Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) se dedicó desde 1991 al asesoramiento de comunidades y seguimiento de conflictos ambientales. Además de vincular los problemas ambientales con los sociales, se centró en el empoderamiento de comunidades para otro tipo de desarrollo, entre ellas, las mapuche.

Se fundó también en 1991 la ONG Grupo de Acción por el Bío Bío (GABB), liderada por Juan Pablo Orrego junto con Hernán Echaurren, Esteban Tomic y José Aylwin, para oponerse a la construcción por parte de Endesa de una serie de centrales hiroeléctricas de embalse en el sector de alto Bío Bío.

Uno de los golpes mediáticos de la campaña fue la visita al Bío Bío de uno de los Kennedy, quien realizó un discurso conservacionista. El GABB fue uno de los primeros y más exitosos en dar eco a sus campañas con apoyo de ONGs del ‘primer mundo’.

También en 1991 el Partido Humanista genera una primera iniciativa demandando la creación de ciclovías en la comuna de Santiago. Para ello un grupo de participantes de su comisión de medioambiente llega en bicicletas a solicitar la creación de ciclovías al alcalde Jaime Ravinet. En ese grupo participan Luis Felipe García y Eduardo Yentzen, entre otros.

La protección ambiental motivada por la Cumbre de la Tierra en 1992 en Río de Janeiro, se subordinó en Chile a prioridades económicas. La Concertación diseñó una institucionalidad ambiental que entregaría certificación verde a las inversiones y por esa vía garantizó iniciativas privadas en desmedro del medio ambiente y de los derechos ciudadanos.

En 1992 se crea un suplemento de Medio Ambiente en el diario La Nación. El editor es Manuel Salazar, el redactor es Eduardo Yentzen y participan como  periodistas Bárbara Partarrieu y Ximena Zaninovic, entre otros.

La oficina de Greenpeace Chile se creó en 1993. Dos años más tarde, el 2 de octubre de 1995, se realizó la constitución de Greenpeace en Chile de manera oficial. Rápidamente, comenzó diversas campañas enfocadas en los graves problemas medioambientales que afectan a Chile.

Entre 1993 y 1994 se funda el Movimiento Ecologista (ECO) como partido político con ideología ecologista. Su símbolo era una alegoría del sol, con un rostro sonriente en su interior, sobre un campo verde. Se planteaba «construir la Nación humana universal, solidaria, libre, humanista y ecológica».​ Estaba constituido por pequeños grupos provenientes de distintos partidos de la centroizquierda, incluida la Izquierda Cristiana, por lo cual fue denominado como el «movimiento de los mosquitos».

El partido participó en las elecciones presidencial y parlamentarias de ese año; en la primera de ellas, llevó un candidato propio a la presidencia de Chile, Manfred Max Neef, quien obtuvo un 5,55 % de las preferencias. Se fusionó con el partido Alianza Humanista Verde el 3 de junio de 1994.

En la década de los 90 los partidos políticos tradicionales, de izquierda, centro y derecha, asumieron la temática ambiental y la introdujeron en sus propios discursos públicos, muchas veces por medio del "enverdecimiento" de algunos de sus militantes y dirigentes.

La pérdida de energía de Renace, dio paso a la creación en 1997 del Programa Chile Sustentable, que llevó a la propia Sara Larraín como candidata del ambientalismo chileno a la Presidencia de la República, en las elecciones de 1999.

También en 1997 nace Fundación TERRAM fruto del esfuerzo de un grupo de profesionales motivados por encontrar respuestas, políticas, democráticas, sociales  y económicas a problemas públicos, respetando los intereses ciudadanos. Entre ellos el ingeniero Pedro Serrano, el filósofo Pablo Salvat, el abogado Fernando Escobar, el ingeniero forestal Antonio Lara, el economista Marcel Claude y la arquitecta Myriam Urzúa.

Fundación TERRAM se inspira en la idea de que los problemas ambientales, punto de partida de la reflexión sobre sustentabilidad, son antes que todo problemas públicos cuya solución no será posible sin una base democrática, expresada en un debate amplio y participativo. Los problemas que trajo el cambio de siglo, nos obligan a buscar nuevos modos de habitar el planeta, y la forma de pensarnos como sociedad, nuevos métodos para reducir los impactos de la actividad humana sobre la vida de otros seres humanos y sobre los ecosistemas. 

Actualmente su trabajo se enfoca en torno al Cambio Climático, Aguas, Biodiversidad, Contaminación, Ordenamiento territorial, Minería, Energía y Pesca y Salmonicultura.

Su directora desde 2007 es Flavia Liberona, bióloga de la Universiad Católica, quien antes fue cabeza de Renace.

El 2000

 

En los 2000 se funda la ONG Ecosistema, dirigida por Juan Pablo Orrego, en oposición a las centrales hidroeléctricas en la XI región. Se trataba del proyecto Hidroaysen, que se proponía construir dos centrales hidroeléctricas en río Baker y tres en río Pascua.

Para contener esto se creó la campaña ‘Patagonia Sin Represas’ (PSR), que agrupó en su consejo a las más importantes ONG ambientalistas chilenas (IEP, Chile Sustentable, Defensores del Bosque Chileno, Fiscalia del Medio Ambiente, Fundación Pumalin, Eco-sistemas, Terram, Codeff, entre otras), asi como al arzobispado de la región de Aysén, junto a organizaciones sociales y empresariales de la zona (Cámara de Turismo). Pero también participan en este Consejo, importantes ONG transnacionales tales como: International Rivers Network (IRN), Natural Resources Defense Council (NRDC), además de Greenpeace, que ya ha realizado protestas frente a la sede matriz de Endesa en España.

Las protestas contra el proyecto hidroeléctrico Ralco, realizadas conjuntamente entre el Grupo de Acción por el Biobío o GABB y las comunidades mapuche supusieron un hito, en cuanto a alianzas se refiere, ya que implicó una reactivación del movimiento mapuche. 

En el caso de Pascua Lama, la comunidad venía oponiéndose al proyecto minero desde el año 2001, pero es en el 2005, contemporáneo al caso cisnes, cuando el conflicto adquiere relevancia nacional e internacional, poniendo en el centro de la discusión los glaciares.

El Partido Ecologista de Chile se constituyó el 22 de diciembre de 2006, en Concepción. Participaron en la construcción del partido Manuel Baquedano, Sara Larraín, Claudia Valdivia e Isabel Lincolao. En 2010 realiza elecciones internas y asume la presidencia Alejandro San Martín.

Los años del 2010

 

Para la elección presidencial de 2013 proclamó como candidato presidencial al economista Alfredo Sfeir, quien obtuvo el 2,35% de los votos.

El 21 de abril de 2014 terminó su proceso de legalización de forma oficial. Pertenece a la Federación de Partidos Verdes de las Américas (FPVA) y está afiliado a Global Verde, la red internacional de partidos ecologistas. Desde el 21 de enero de 2017 hasta el 21 de noviembre de 2019, formó parte del Frente Amplio.

En 2016, en la localidad de Pejerrey, Cajón del Achibueno, Linares Región del Maule, comenzó a gestarse una inédita articulación nacional de movimientos que defienden los amenazados ríos del país. Esta cumbre ambiental fue denominada “Encuentro para la protección de las Aguas” y a ella asistieron representantes de No Alto Maipo, Ecosistemas, Los Queñes Sin Represas, Patagonia sin Represas, Adema, Red Ambiental Mataquito, No Alto Maule, Movimiento Defensa del Achibueno, Ñuble Libre, Bestias del Sur Salvaje, Nahuelbuta, Puelo Sin Torres, Futaleufú Riverkeeper, Geute, entre otros. Todos los participantes reconocieron que en Chile se requieren grandes cambios y transformaciones en el tema ambiental, pero esto pasaría, principalmente, por un cambio constitucional.

En Septiembre de 2017 se convocó a una masiva marcha por la acción climática convocada por Fridays For Future Santiago (FFFS) -movimiento impulsado por la joven activista sueca, Greta Thunberg-, la Sociedad Civil por la Acción Climática (SCAC) y la Cumbre de los Pueblos (CDLP). Voceros de FFFS fueron Ángela Valenzuela, Felipe Hernández; Estefanía González por Greenpeace; Eduardo Giesen por la Cumbre de los Pueblos.

Empezando la década del 2020
 

La Encuesta Nacional de Medio Ambiente de 2018, aseguraba que el 48% de las personas entre 18 y 30 años, y el 38% entre 31 y 45 años, han votado por candidatos políticos que sitúan al medio ambiente como prioridad dentro de su campaña.

En enero 2021 diversos activistas ambientales emergieron como candidatos a la Convención Constitucional: voceros de movimientos ciudadanos y representantes de zonas sacrificio que buscan establecer en la Constitución un marco para evitar el abuso y el daño ambiental irreversible. Entre ellos, Macarena Guajardo Mavroski, arquitecta y Directora y fundadora de Fundación Basura. También Lucio Cuenca, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA).Otra postulante fue  Camila Musante, subdirectora de la Comisión de Derecho Público de ABOFEM y embajadora de Escazú. 

“Esta nueva economía debe ser ejecutada siempre pensando en la disminución del impacto negativo sobre la naturaleza y los seres humanos, considerando la gravedad del cambio climático y su impacto en la transformación del medio ambiente”.

En declaración de La Lista del Pueblo.

 “La futura Carta requiere de un enfoque ecológico, que coloque en el centro de los objetivos de la organización social, la mantención de nuestro entorno como base en la que sustenta la vida en todas sus formas. Lo anterior sólo es posible de lograr en un tránsito rápido hacia una relación de mayor armonía entre la sociedad y el medio ambiente”.

Declaración de Independientes no Neutrales.

“El resguardo de un medioambiente sano y el buen vivir en armonía con la naturaleza es un principio transversal en toda Constitución. El Estado chileno debe actuar coordinadamente con la comunidad internacional para abordar desafíos cruciales para la humanidad como la crisis climática, promoviendo la adopción y el respeto de acuerdos y tratados que lo protejan”. 

Declaración de Apruebo Dignidad

Así, el auge del discurso verde, ecologista o medioambientalista es un hecho que se tomó las elecciones constituyentes.

Además,  108 de los 155 convencionales encargados de redactar la nueva Constitución consideran “como principio democrático clave establecer el agua como un derecho humano y plantean la regulación o, directamente, el término de los derechos de aprovechamiento en

Además,  108 de los 155 convencionales encargados de redactar la nueva Constitución consideran “como principio democrático clave establecer el agua como un derecho humano yEl más visible éxito ambientalista es el triunfo del líder de Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (Modatima), Rodrigo Mundaca, como gobernador de la Región de Valparaíso.   plantean la regulación o, directamente, el término de los derechos de aprovechamiento en

Se suma Carolina Vilches de Modatima. Estudió geografía en la Universidad de Playa Ancha y es fundadora de la primera Oficina Municipal de Asuntos hídricos del país, junto con la Unión de sistemas de Agua Potable Rural cuenca río Petorca, la cual ha sido premiada en Latinoamérica, por la lucha de la desprivatización del agua y el fortalecimiento de la gestión comunitaria.

Otra de las constituyentes ecologistas que consiguió un escaño es Manuela Royo, en el Distrito  de La Araucanía. La historia de activista ambiental surge ligada al pueblo mapuche con quienes ha trabajado como abogada en la defensa de los hermanos Catrilaf. Ella es licenciada en Historia, abogada, candidata a doctora en Derecho Constitucional y profesora universitaria; defensora de presos del estallido social y de comunidades mapuche.

Nathalie Joignant, aunque no consiguió la Gobernación Metropolitana, fue la candidatura revelación en esa elección, consiguiendo 390.542 votos, equivalentes al 15,19%. Corriendo por el Partido Ecologista Verde. 

Para Joignant, el ascenso de estas fuerzas ambientalistas responde a que el perjuicio para las personas que venían denunciando los ambientalistas desde los años 90 ya se han materializado y se han hecho evidentes.

Otra voz autorizada para hablar sobre ecologismo y su historia es Lucio Cuenca Berger, que si bien, no consiguió el escaño, conoce de cerca la lucha ambientalista desde los 90 pues cumplió con el rol de ser jefe de campaña de la candidatura presidencial de Manfred Max Neef. 

Señala que en el último tiempo comenzó paulatinamente a hablarse de “conflictos socio- ambientales” los que están cifrados hoy en día en 125 en todo el país, según el mapa de conflictos disponible en el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).

“La gente ha peleado contra empresas, y enfrentando al Estado, porque se ha visto afectada en su situación de vida. Dentro de esto queda claro cómo este modelo neoliberal de desarrollo genera fuertes costos para los territorios, con la apropiación y destrucción del medioambiente. Eso lleva a darse cuenta de que son necesarios cambios estructurales en este modelo extractivista. La lucha social ha sido clave y de ella surgieron los liderazgos que marcan el escenario actual”. 

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