Concepto e Historia del Feminismo Mundial
El feminismo es un movimiento político y social, una teoría política y una perspectiva filosófica y cultural que postula el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.
Surgió alrededor del siglo XVIII con la publicación de la obra Vindicación de los derechos de la mujer, de Mary Wollstonecraft en 1792, y ha tenido un importante desarrollo teórico, político y filosófico desde entonces.
Centra su análisis en el patriarcado que estructura relaciones desiguales de poder entre varones y mujeres.
Como movimiento social ha buscado promover los derechos de las mujeres, incluyendo derechos civiles y políticos como votar y ocupar cargos públicos; derechos económicos como recibir igual remuneración por igual tarea, ejercer las potestades propias del derecho privado, tales como suscribir contratos, derechos sociales como recibir una educación, ejercer sus derechos reproductivos y proteger a otras mujeres de diferentes formas de violencia como el abuso, el acoso sexual y la violencia doméstica.
El feminismo además ha jugado un rol importante en denunciar y cambiar los estereotipos de género.
A medida que el movimiento feminista adquirió relevancia en el mundo académico, fue generando un cuerpo teórico que ha dado lugar a la aparición de disciplinas como, por ejemplo, la geografía feminista, la historia del feminismo o los estudios de género.
La filosofía política feminista sirve como campo para desarrollar nuevos ideales sobre cómo deberían organizarse y reconstruirse las instituciones.
Como movimiento social se ha desarrollado en una sucesión de etapas o fases, y con expresiones diversas.​
Aunque el tema de la igualdad se trataba en publicaciones del siglo XVII, como De l'Égalité des hommes et des femmes (1622), de Marie Le Jars de Gournay o De l'Egalité des deux sexes (1673), de François Poullain de la Barre, el neologismo francés féminisme se formó a finales del siglo XIX, a partir de la palabra latina «femina» y el sufijo «isme».
En la década de 1880, Hubertine Auclert, sufragista francesa, ocupó el término feminismo con una connotación dirigida a los movimientos que buscaban la justicia social y política para las mujeres.
El Diccionario de la lengua española recoge por primera vez el neologismo en 1914 y no modifica la definición hasta 1992 (del latín femina, mujer, hembra, e -ismo).​
Hasta esta fecha ha definido feminismo como «doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los varones». En su segunda acepción, es el movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los varones. Esta segunda acepción la incorpora la edición de 1992.
La primera ola del feminismo
La segunda fase o primera ola del feminismo se refiere al movimiento feminista que se desarrolló en Inglaterra, Estados Unidos y otras partes del mundo como Iberoamérica a lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX.
Originariamente, se concentró en la obtención de igualdad frente al varón en términos de derecho de propiedad e igual capacidad de obrar, así como la demanda de igualdad de derechos dentro del matrimonio. A finales del siglo XIX, los esfuerzos se van a concentrar en la obtención de derechos políticos, en concreto el derecho al sufragio.​
En las décadas de 1830 y 1840 se destaca en el movimiento socialista francés, la peruana Flora Tristán, con obras como La emancipación de la mujer, considerada como precursora del movimiento feminista moderno.
Un hito del feminismo es la Convención de Seneca Falls en Nueva York en 1848, por los derechos de la mujer en Estados Unidos, cuya declaración final fue firmada por unas cien mujeres.
Al iniciarse el siglo XX aparecen en el Reino Unido las suffragettes, activistas por los derechos cívicos de las mujeres, en particular el derecho al sufragio. El movimiento fue liderado por Emmeline Pankhurst y numerosas autoras y activistas, en su mayor parte de Estados Unidos y Reino Unido, que van a llevar el feminismo al terreno del activismo, especialmente en un contexto de vindicación de igualdad de derechos frente al Estado.
Los acontecimientos históricos del momento, especialmente la abolición de la esclavitud, van a ser muy influyentes en el devenir del movimiento feminista, pudiendo encontrar una correlación entre la lucha por la abolición y la lucha por los derechos de la mujer: muchas de las líderes de esta primera corriente son esposas de líderes abolicionistas.
Una vez conseguida la abolición, se van a producir contactos entre las feministas y las mujeres negras, poniéndose de relieve las grandes diferencias en la situación de las mujeres blancas de clase media-alta, las únicas feministas hasta el momento, con las mujeres negras.
Este encuentro lo personaliza la figura de Sojourner Truth y su discurso ‘Ain't I a Woman?`’ (1851). Las diferencias y características específicas de los problemas de la mujer negra junto con los de las mujeres obreras (un grupo que va a comenzar a hacer aparición) van a generar fricciones y problemas como por ejemplo, la incompatibilidad del modelo femenino de la mujer obrera con el de las pioneras del feminismo.
Autoras y activistas importantes de la primera ola del feminismo son: Lucretia Mott, Lucy Stone, Elizabeth Cady Stanton, y Susan B. Anthony, muchas de ellas vinculadas al abolicionismo e influenciadas por el pensamiento cuáquero.
La abolición de la esclavitud va a llegar pero, para decepción de las mujeres, la igualdad de raza no se extiende a la igualdad de género, de modo que el movimiento feminista va a tener que buscar un camino propio, separándose del movimiento abolicionista.
Tras grandes esfuerzos, se conseguirá el derecho al sufragio en 1918, cuando en Inglaterra se regula el voto para mujeres mayores de treinta años y poseedoras de una casa.
Con la consecución de este derecho, la primera ola va a perder su razón de ser, tras un periodo de poca actividad en lo que a feminismo se refiere. Aparecerán nuevas corrientes feministas, centradas en el progreso e igualdad social y cultural de la mujer y para diferenciarlas, se les va a calificar como la «Segunda ola», nombrando de forma retrospectiva a la «Primera ola».
La Segunda Ola Feminista.
del Movimiento de la Mujer o de liberación de la mujer hace referencia un período de actividad feminista que comienza a principios de los años 1960 y dura hasta los años 1990 del siglo XX.
Así como la primera ola del feminismo se enfocaba principalmente en la superación de los obstáculos legales (de jure) a la igualdad legal (sufragio femenino, derechos de propiedad, etc.), la segunda ola tenía una amplia variedad de temas: la desigualdad no-oficial (de facto), la sexualidad, la familia, el lugar de trabajo y quizá de forma más controvertida, los derechos en la reproducción.
En esta etapa se encuentra la Segunda Guerra Mundial, donde compañías como Westinghouse Electric hicieron carteles que animaban a las mujeres a trabajar en los puestos que los hombres habían dejado vacíos al marchar a la guerra, es decir, propaganda de guerra para invitar a las mujeres a unirse a la fuerza laboral, o que de la misma forma no eran para la contratación, sino para exhortar a las mujeres ya contratadas a trabajar más duro.
Pero la verdad es que la intención de promover la idea de la mujer trabajadora fue creada con la idea de que cumplieran con su obligación de esposas llenando los puestos de trabajo dejados por sus maridos para ir a la guerra, casi como si se tratara de un deber patriótico.
De aquí salió el cartel de Rosie the Riveter o también llamado We Can Do It, que actualmente constituye un símbolo del feminismo contemporáneo más allá de que, de la misma forma en que surgió este cartel, surgieron muchos otros al final de dicha guerra, cuando muchas mujeres fueron prácticamente forzadas a renunciar y volver a «sus verdadera obligaciones»: limpiar, cocinar, cuidar de los niños, etc., ya que los hombres iban a volver a ocupar los puestos. Así, constituye una paradoja para el feminismo.
Simone de Beauvoir, con su libro El segundo sexo, Betty Friedan con La mística de la feminidad, Kate Millett con Sexual Politics o Shulamith Firestone con La dialéctica del sexo son algunas de las autoras más representativas de esta corriente de pensamiento.
Termina en los años noventa con la llegada de la tercera ola, con caracteres posmodernos, que diversifica de forma radical el feminismo, tanto en sus visiones como en sus propuestas.
Feminismo de tercera ola
es un término identificado con diversas ramas del feminismo cuyo activismo e investigación en Estados Unidos comienza en 1990 y se extiende hasta el presente. El movimiento surgió como una respuesta a los fallos percibidos en el llamado Feminismo de segunda ola: la toma de conciencia de que no existe un único modelo de mujer, por el contrario, existen múltiples modelos de mujer, determinados por cuestiones sociales, étnicas, de nacionalidad, clase social, orientación sexual o religión.
Esta corriente se aleja del esencialismo y las definiciones de feminidad, asumidas en ocasiones como universales y que sobrestimaban las experiencias de la clase media-alta de raza blanca norteamericana.
Las interpretaciones dadas al género y al sexo son esenciales dentro de la tercera ola, caracterizándose por su posestructuralismo. La variedad de enfoques, propuestas, visiones de los problemas de esta corriente y la carencia de un objetivo común claro refleja el carácter posmodernista de la tercera ola del feminismo que incorpora múltiples corrientes del feminismo teniendo componentes de la teoría queer, del antirracismo, teoría post colonial, ecofeminismo, transexualidad, o la visión positiva de la sexualidad, entre otros.
El replanteamiento del feminismo de tercera ola se manifiesta por ejemplo en que algunas feministas de esta corriente tienen una percepción diferente de la sexualidad femenina y han replanteado las posturas ante el trabajo sexual o la pornografía de la segunda ola del feminismo.
Se reconocen varias modalidades de feminismo, entre otras: el feminismo cultural, el feminismo liberal, el feminismo radical, el ecofeminismo, el anarcofeminismo, el feminismo de la diferencia, el feminismo de género, el feminismo de la igualdad, el feminismo marxista, el feminismo socialista, el feminismo separatista, el feminismo filosófico, el feminismo islámico, y el feminismo lésbico. Todo ello hace que se hable de «feminismos» (en plural) y no de un solo «feminismo». En esta línea, se define feminismo como el conjunto heterogéneo5​ de ideologías y de movimientos políticos, culturales y económicos que tienen como objetivo la igualdad de derechos entre varones y mujeres.